El 74% de los chilenos afirma que donaría sus órganos al fallecer según el estudio de opinión realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, que buscó conocer las diferentes posturas que tienen los chilenos frente a la donación de órganos. La encuesta analizó una muestra de 1.239 desde Arica hasta Punta Arenas, hombres y mujeres mayores de 18 años y de los cinco grupos socioeconómicos del país.

Si bien, la voluntad por donar es alta, este dato no se refleja en la realidad nacional en donde la tasa es de 9 por millón de habitantes, lejos aún de países como España (entre 40 a 50 por millón de habitantes).

 “Tres de cada cuatro chilenos tienen la voluntad de ser donante, lo que se contrasta cuando le preguntas a la familia si quiere donar los órganos de un familiar fallecido con muerte encefálica, donde solo un 50% acepta donar los órganos. Tenemos un 50% de negativa familiar versus un 75% de chilenos que sí quiere donar”, explica el Dr. Erwin Buckel, jefe del Programa de Trasplantes de Clínica Universidad de los Andes.

Por otro lado, la encuesta midió cuánto saben los chilenos sobre la donación de órganos. Los resultados muestran que 8 de cada 10 personas no ha recibido últimamente información útil sobre la importancia de donar, además, 3 de cada 5 encuestados no conocen o no han conocido a lo largo de su vida a una persona que haya sido trasplantada. A este dato se agrega que, un 60% de los chilenos no tiene noción de la cantidad de personas que están en lista de espera por un órgano en Chile.

Hay más de 2.000 chilenos que están en lista de espera y cuya única limitación para salvarse de la muerte -o para dejar de estar conectados a una máquina varias horas al día por varios días a la semana- es la disposición de órganos. Tenemos en Chile la tasa de donantes más baja comparativa con el mundo desarrollado y la misma tasa de donantes desde hace 20 años. No hemos mejorado nada, nuestra organización y cultura no ha logrado mejorarla. Todos podemos necesitar un órgano, pensamos que solo lo necesitan los enfermos, pero cualquiera de nosotros, aunque hayamos sido sanos toda la vida -o nuestros hijos, nietos, sobrinos, hermanos, papás, etc.- puede necesitar un órgano en algún momento de su vida. Esperamos que haya un sistema que funcione para los que están en lista de espera y para los que eventualmente estarán en ella en el futuro”, detalla el Dr. Buckel.

Frente a esta realidad, el estudio consultó qué emoción le produce este dato concreto de que Chile está dentro de los países donde menos se dona órganos en el mundo, lo que arrojó que a un 32% de los encuestados le genera preocupación, a un 27% decepción y a un 13% tristeza.

Finalmente, la medición arroja que un 54% de los encuestados ha conversado con su familia directa sobre su voluntad de ser o no donante, frente a un 31% que no lo ha hecho y un 15% que lo ha hecho, pero de forma superficial.

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