Este 17 de septiembre, el Día Mundial de la Seguridad del Paciente 2024 llega con un tema que es clave para la medicina moderna: Mejorar el diagnóstico para la seguridad del paciente, bajo el lema “Diagnósticos correctos, pacientes seguros”. Este enfoque subraya la importancia de uno de los pilares más esenciales del cuidado médico: el diagnóstico preciso y oportuno. A medida que los sistemas de salud evolucionan, el diagnóstico sigue siendo una de las áreas más complejas y desafiantes, con errores que pueden tener consecuencias graves para la salud de las personas.
El diagnóstico es el punto de partida de todo tratamiento. Un diagnóstico correcto permite desarrollar un plan de atención efectivo y personalizado para el usuario. Sin embargo, cuando ocurre un error diagnóstico, se pone en riesgo todo el proceso de atención médica. Un diagnóstico incorrecto no solo retrasa el tratamiento adecuado, sino que también puede llevar a intervenciones innecesarias y dañinas, al tiempo que incrementa los costos del sistema de salud.
Se estima que los errores diagnósticos afectan a millones de personas cada año a nivel global. En muchos casos, estos errores pasan inadvertidos hasta que las consecuencias se vuelven irreversibles. Un cáncer no detectado a tiempo, una condición cardíaca malinterpretada o una infección que pasa inadvertida: los ejemplos abundan y demuestran que un diagnóstico preciso no solo salva vidas, sino que también garantiza la seguridad y confianza del paciente en el sistema de salud.
Un diagnóstico preciso requiere que el médico combine su experiencia clínica, el conocimiento científico, la tecnología disponible y la información proporcionada por el paciente. Sin embargo, en la práctica, este proceso puede verse afectado por diversos factores, como la sobrecarga de trabajo que puede conducir a omisiones en la evaluación o a errores en la interpretación de los síntomas, la falta de acceso a tecnología adecuada que puede llevar a diagnósticos tardíos o incorrectos, los errores en la comunicación entre médicos de distintas especialidades, así como entre el profesional de la salud y el paciente, puede ocasionar errores significativos. En muchos casos, los pacientes no se sienten escuchados o no proporcionan información clave debido a un ambiente clínico poco participativo.
Por otro lado, la falta de actualización médica puede llevar a diagnósticos basados en información desactualizada o en prácticas clínicas que no son las mejores según la evidencia actual.
Los errores diagnósticos no solo afectan la salud física del paciente, sino que también dañan la relación de confianza entre el paciente y el sistema de salud. Un paciente que recibe un diagnóstico incorrecto o tardío puede perder la fe en el sistema, lo que lo lleva a evitar el seguimiento médico o a buscar soluciones en espacios no regulados, como la medicina alternativa no científica.
Además, estos errores generan una carga financiera significativa. Las intervenciones incorrectas no solo son costosas, sino que también prolongan el tiempo de tratamiento y aumentan la utilización de recursos. En un sistema de salud ya sobrecargado, minimizar los errores diagnósticos es una de las mejores maneras de garantizar tanto la seguridad del paciente como la sostenibilidad del sistema.
La campaña de la OMS para el Día Mundial de la Seguridad del Paciente 2024 es un llamado a la acción para que los sistemas de salud de todo el mundo mejoren la calidad del diagnóstico. Esto incluye fortalecer la formación de los profesionales de la salud, mejorar la infraestructura y el acceso a tecnologías diagnósticas avanzadas, fomentar la cultura de la colaboración y la comunicación dentro de los equipos médicos y empoderar a los pacientes para que puedan ser parte de su propio proceso de diagnóstico.
El lema de este año, “Diagnósticos correctos, pacientes seguros”, no solo es un eslogan, sino un objetivo alcanzable si todos los actores del sistema de salud se comprometen a mejorar este aspecto crucial de la atención médica. La tecnología, la formación continua y la comunicación efectiva serán pilares fundamentales para reducir los errores diagnósticos y mejorar la seguridad de los pacientes en todo el mundo.
Marcela Opazo Galaz
Académica Obstetricia
Universidad Andrés Bello