El vínculo entre economía, defensa y crecimiento económico ha sido objeto de debate académico y político desde hace décadas. Las interrelaciones entre estos tres elementos, considerando cómo los gastos en defensa pueden influir en el desarrollo económico, y cómo el contexto económico y las políticas gubernamentales afectan la seguridad nacional y el crecimiento.
El gasto o inversión en defensa representa una parte significativa de los presupuestos nacionales en muchos países, y sus efectos sobre la economía son variados. Por un lado, el gasto militar puede actuar como un estímulo fiscal, incrementando la demanda agregada mediante la creación de empleos y el desarrollo de tecnologías avanzadas.
Por ejemplo, la teoría keynesiana sostiene que un aumento en el gasto público, incluido el gasto militar, puede generar un efecto multiplicador en la economía, aumentando el ingreso nacional y promoviendo el crecimiento económico (Smith, 2020).
La defensa también está intrínsecamente vinculada a la seguridad económica. Los conflictos armados, el terrorismo y otras amenazas pueden desestabilizar economías, reducir la inversión extranjera directa y limitar el comercio internacional. En este contexto, una inversión adecuada en defensa es crucial para garantizar un entorno estable que permita el desarrollo económico.
El sector de defensa ha sido un catalizador significativo para el desarrollo tecnológico. Históricamente, muchas innovaciones tecnológicas, como el GPS e internet, surgieron de investigaciones financiadas por programas militares.
Estas tecnologías, una vez adaptadas al sector civil, han generado beneficios económicos considerables, promoviendo la productividad y facilitando el comercio global (Ruttan, 2006).
Sin embargo, este efecto no es uniforme en todos los países. En economías avanzadas, el gasto militar tiende a estimular el desarrollo tecnológico debido a la infraestructura y los recursos disponibles. En contraste, los países en desarrollo pueden enfrentar limitaciones para traducir los avances tecnológicos del sector de defensa en beneficios económicos generales.
La conocida hipótesis del «guns vs. butter» (armas o mantequilla), ilustra el dilema entre gastar en defensa o en bienes y servicios para el bienestar de la población. Este modelo plantea que los recursos son limitados, y un aumento en el gasto militar puede implicar una reducción en la inversión en sectores clave para el desarrollo económico.
En el contexto de un mundo multipolar, las rivalidades geopolíticas han aumentado la relevancia del gasto militar como una herramienta de política exterior. Países como Estados Unidos, China y Rusia invierten considerables recursos en defensa para mantener o ampliar su influencia global. Estas inversiones pueden tener efectos colaterales en sus economías y las de sus aliados, tanto a través de acuerdos de defensa como de exportaciones de armamento.
Para maximizar los beneficios del gasto militar y minimizar sus costos, es crucial diseñar políticas que equilibren las necesidades de defensa con las prioridades económicas.
Algunas recomendaciones incluyen:
- Diversificación del Gasto: Invertir en sectores complementarios, como la educación y la investigación civil, para amplificar los beneficios económicos del gasto en defensa.
- Fortalecimiento de la Transparencia: Implementar mecanismos que aseguren una gestión eficiente de los recursos de defensa, reduciendo la corrupción y el despilfarro.
- Fomentar la Innovación Dual: Promover proyectos que tengan aplicaciones tanto militares como civiles, facilitando la transferencia tecnológica.
- Colaboración Internacional: Participar en acuerdos multilaterales que permitan compartir costos y tecnologías.
- Adaptación al Contexto Nacional: Diseñar estrategias de defensa que reflejen las condiciones específicas de cada economía, evitando gastos desproporcionados que comprometan el desarrollo.
La clave para un desarrollo equilibrado radica en diseñar políticas que maximicen los beneficios económicos del gasto militar sin comprometer las necesidades sociales.
En un mundo cada vez más interconectado, la cooperación internacional y la innovación tecnológica desempeñarán un papel crucial en la armonización de estos intereses.

Randy Jiménez Witker
Consultor – Asesor (e2analisis@gmail.com)
Ciberseguridad – Inteligencia Estratégica
MSc Dirección Financiera – UAI
MSc Ciencias Militares Gestión Estratégica de la Defensa– Acague
Ingeniero Industrial UTFSM