Robert Gutter es el creador y director de la Revista Seguridad & Defensa. Tiene una amplia trayectoria dedicada a analizar e investigar sobre el tema de la seguridad y delincuencia. En ese sentido, es una voz más que importante a la hora de hablar de este tipo de materias. A continuación, les dejamos nuestros «Diálogos Ciudadanos» con él como invitado.

-Chile es un referente en temas de seguridad en la región?

«Lamentablemente hemos ido perdiendo un poco el rumbo con respecto a lo que son las prioridades en temas de seguridad.

Si bien tecnológicamente contamos con los recursos para afrontar este tema, falta la disposición para avanzar en la solución propiamente tal. Así se pierde un poco el foco».

-El crimen organizado es factor?

«La situación se nos está desbordando. Hay un tema con el crimen organizado que es evidente. Por ejemplo, y siendo bien contingente, hace tres o cuatro meses atrás, hubo una reacción bastante virulenta de algunas autoridades, porque la ministra de Seguridad Patricia Bullrich de Argentina había hablado de la posibilidad de la presencia de algunos grupos yihadistas en Chile, en el norte.

Sin embargo, tiempo después vimos que se desarticuló una banda importante en Argentina, incluso algunos pretendían cruzar hacia Chile y ahí fueron detenidos. ¿A qué venían a Chile? Probablemente hay contactos.

Entonces ahí vemos como declaraciones destempladas, no aportan en lo que es avanzar hacia una solución.

Si repetimos las mismas fórmulas es difícil que logremos un resultado distinto».

-El tema seguridad es muy amplio. ¿En lo tecnológico, cómo estamos?

«Ahí hay un caso bastante delicado. Creo que nos hemos dedicado, insisto, a comentar más que actuar. En ciberdelincuencia no existen muchas instancias de capacitación, por lo que sectores muy susceptibles a ser atacados como los menores de edad y adultos mayores quedan expuestos.

Hay un recrudecimiento de delitos cibernéticos, con mayor elaboración y enfocados en las personas más que en las organizaciones».

-Como se debiera trabajar en este aspecto?

«La información se mantiene muy compartimentada. Desde el punto de vista de los delitos cibernéticos, todavía existe una tendencia a minimizar al hecho propiamente tal, por sus derivaciones en términos de imagen. En la medida que no se fijen ciertas políticas como país y se apoyen las instancias que van en pro de la información, de la divulgación y de la capacitación, no se va a avanzar.

Te puedo dar como ejemplo el caso nuestro. 18 años difundiendo información y orientación. La falta de información en materia de seguridad es la principal ventaja que como ciudadanos le damos al delincuente. Eso se aplica a todo. Por eso, si no apoyamos instancias de difusión y capacitación y estamos más preocupados de quien está detrás de esta instancia o si está dentro de un sistema de fundación o lo que sea, no vamos a avanzar».

Agrega que falta que ese conocimiento se divulgue más, se disemine y que pueda favorecer para evitar este incremento de delitos. «El cibercriminal no es cualquiera, es un tipo preparado que, para enfrentarlo, hay que estar capacitados y preparados» puntualiza.

-Entonces tenemos un problema de orientación del esfuerzo para combatir el cibercrimen.

«Si hablamos de inteligencia, basta con mencionar lo que pasó el 2019, con la crisis que nadie avizoró o alertó. Creo que nos estamos equivocando, seguimos siendo reactivos, independientemente que en algún momento alguien pudo avisar que podía venir la crisis, preferimos esconder ciertas realidades en vez de enfrentarlas. Este es un tema regional, pero muchas veces vemos que se destinan grandes cantidades de recursos a proyectos que nadie sabe de donde vienen y en qué terminaron…eso es una constante.

Siempre estamos reaccionando. En materias de seguridad, muchas de las soluciones que se hacen se basan en el temor y no en el conocimiento. Gracias a la excelente conectividad que tenemos en Chile, a nivel particular, podríamos disponer de un sistema bastante económico para monitorear nuestras casas y generar ciertos niveles de alarma».

-Cuál sería una buena solución o por dónde iría?

«Yo creo que primero que todo nos falta determinación para afrontar el tema. Sin temor a las consecuencias colaterales. Es difícil dejar a todos contentos cuando se tienen que tomar soluciones drásticas.  Esto es igual que una enfermedad avanzada, cuando se requiere una cirugía mayor. Hay que ver la solución, pero también tener el coraje para abordarla. Y eso sin importar que quien la haga sea de izquierda o de derecha».

Sostiene que falta una institucionalidad más estable, novedosa, pero que no se renueve cada cuatro años.

En este ámbito, determina, «¿qué es más importante, la libertad o la seguridad? Si yo no puedo garantizar que voy a llegar del punto A al punto B con vida, creo que nuestras limitaciones como personas, como país, van a seguir siendo bastante importantes«.

-¿En relación a la ley de datos personales que se está viendo en el Parlamento hoy en día, representa algún tipo de limitación?

«En el fondo todo se va a limitar a quien quiere manejar esos datos y con qué criterio. Con el secreto bancario lo mismo y claro si yo garantizo que dentro de un proceso judicial existe una total y absoluta garantía, que de estos datos no pueden caer en manos equivocadas, uno puede pensar que no habría mayores problemas.

Sin embargo, en lo concreto, vivimos buscando explicaciones a cosas o hechos policiales bastante ridículos o anecdóticos y no hubo sanciones o nadie sabe nada. Con esa suerte de subjetividad, no tenemos las garantías suficientes como para poder avanzar en temas muy válidos».

Al final, sostiene, si se genera una institucionalidad con mayores niveles de proyección y estabilidad, donde las cosas no se discutan cada cuatro años, probablemente se lograrán niveles de profesionalismo y de garantías acerca del sistema para que, si hay que tomar ciertas medidas, estas puedan efectuarse.

-El problema es que cada cuatro años van cambiando los énfasis…

Hay casos para destacar de forma positiva. Estados Unidos luego del ataque a las Torres Gemelas, la generación del Departamento de Seguridad Nacional, que esta dedicada a generar información y conocimiento, Claro que tienen un gran presupuesto detrás. Pero es un caso de éxito y referente que pueden servir en el sentido de la institucionalidad.

En el tema de la seguridad ciudadana, no vemos cambios radicales en lo que índices de temor se refiere, lo que se refleja en las encuestas. La aguja no se está moviendo.

Asimismo, agrega que a lo mejor se podría consultar a la gente si está dispuesta a generar cambios en el tema de seguridad y la posibilidad de elaborar medidas de excepción, tanto en nuestras fronteras como en términos de respaldo a nuestras autoridades para que actúen sin temor.

«Hay cosas que se pueden hacer. Un área que requiere de consolidación es el de la seguridad privada, con más de 200 mil personas trabajando en ese rubro, que requieren también de herramientas de protección». Añade que la actual legislación no establece claramente qué tipos de elementos podrían utilizar. Ahonda en este punto y reflexiona que se debe observar todo con un criterio más amplio, ya que la violencia y determinación de la delincuencia avanza y las restricciones a la autoridad hacen que esto sea desigual.

-Qué rol juegan los municipios acá?

«Bueno, muchas veces los municipios son los primeros en llegar al lugar del hecho. Son territorios más pequeños. Es importante que existan ciertos fondos para potenciar el tema, con harta tecnología y equiparar la cancha, ya que lo que invierte Providencia no es lo mismo que un municipio en el sur».

Puntualiza que hay que avanzar en lo que a sistemas de protección se refiere, para que no sean un espectador más de lo que está pasando.

«Hay que pasar a la acción, no podemos seguir siempre comentando. Hay un claro transversal para avanzar en esto, pero ello implica apoyar iniciativas que van en el sentido de la solución de este problema que nos afecta como nación», sentencia.

-La comunicación acá pasa a ser relevante.

«Hay un tema que son los parámetros, los cuales carecemos en temas de seguridad y eso es una ventaja para el delincuente. Hay falta de información. No podemos atacar un riesgo desde la ignorancia, hay que hacerlo desde el conocimiento y evitar repetir conductas inseguras.

Se puede avanzar en campañas y en información, desde una mirada simple que se puede traducir en un nivel de seguridad mayor, sobre todo aprovechar la tecnología. Hay que disuadir al delincuente, la política de tocar el pito ya no sirve, hay falta de visión. Todos debemos aportar con información y capacitación y así se podría empezar a marcar una diferencia».

Agenda Nacional

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *