Álvaro Hormazábal saltó a la palestra pública luego que el lunes 18 de marzo el gobierno le solicitara su renuncia como director nacional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), en razón que el Ejecutivo quería darle un nuevo “impulso” al citado organismo.
A varios meses ya de su salida y con la reconstrucción de la zona afectada a medio andar, con movilizaciones ciudadanas exigiendo respuestas a las autoridades (que no llegan desde febrero), se decidió a conversar con Agenda Nacional y participar en nuestros “Diálogos Ciudadanos”.
Sereno y muy seguro de ahondar en temáticas que domina y en las cuales sigue profundizando, nos comenta desde sus inicios, cuando decidió ingresar al Ejército.
“Tuve la fortuna de egresar muy joven de la Escuela Militar. Como primera destinación me tocó salir a Coyaique , específicamente orientado a la construcción de la Carretera Austral, porque yo pertenecía al arma de Ingenieros. Y quizás sin saber, fui plasmando mi futuro en ese entonces, trabajando en la emergencia de estar construyendo la citada carretera”.
-Específicamente, ¿qué hacían los Ingenieros Militares en la zona?
“Cada vez que había algún accidente o alguna caída de nieve importante, siempre éramos nosotros los que atendíamos la emergencia. Posteriormente, ya con los años de estar trabajando ahí, también me tocó estar en varias ocasiones en los incendios forestales como brigadista. Asimismo, estuve en distintas acciones de rescate porque era buzo táctico.
Así que en general, siempre estuve bien ligado a esta labor de la emergencia desde mis inicios en el Ejército. Es más, tuve la oportunidad -cuando era un joven teniente- de participar en los comités comunales, después en los comités provinciales y terminar en lo que son los comités regionales.
Años más tarde me tocó ser director regional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), ya que postulé y estuve siete años en Iquique y se presentó este desafío de ser director nacional”.
-¿Cuánto tiempo fuiste director nacional de Senapred?
“Como director nacional un año, en mi calidad de director regional siete. En total fueron ocho años, casi nueve”.
-La salida fue como repentina, o eso al menos quedó en la opinión pública.
“Sí, totalmente. En todo caso, fue una experiencia bien interesante, con gobiernos distintos…y en realidad la antigua ONEMI siempre fue un organismo técnico y en general se caracterizaba por eso, porque también los directores regionales siempre habían sido elegidos por el punto de vista técnico.
En general tenían muy poca rotación…cuando había cambio de gobierno usualmente a lo más se movía a lo más en una persona. No recuerdo en los años que yo estuve que haya existido mayor movimiento y, posteriormente, cuando se me presenta este desafío de ser director nacional -que yo nunca lo había considerado, no lo tenía dentro de mi idea- distintas personas, inclusive el exdirector nacional Ricardo Toro, me llamaron para decirme que postulara. Fui y dije bueno no pierdo nada en postular y con bien poca expectativa en general, no por mi carrera militar, ya que no tenía una tendencia ni militancia política, ni apoderados o padrinos que tanto se utiliza en ese sistema.
Entonces dije, no creo que llegue muy lejos, pero no fue así, seguí hasta el final y cuando me comunican que era el nuevo director nacional, asumí el desafío con una idea de poder hacer varias cosas.
Lo que igual era complicado, porque muchas de las cosas que había que hacer iban ligadas a recursos que tú solicitabas y te lo negaban y efectivamente después vino todo esto de la emergencia de los incendios en Viña, donde claro había que tomar alguna medida con alguien y en el fondo lo que digo es que tenía que salir el más barato…y ese era yo”.
-Y por lo que se supo, al final la responsabilidad no venía por el lado de Senapred…
“Al término de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados se dice que ello fue netamente negligencia -casi un 100%- de Conaf, que no avisó, que no alertó y tú ves como que ahí sigue eso en su mismo lugar. No ha habido y no han existido modificaciones, Conaf sigue exactamente donde lo mismo. Es decir, toda esta comisión dice que la culpa…bueno la culpa claro la responsabilidad la tiene los que iniciaron el incendio. Pero los que no alertaron, los que no avisaron fueron otros, lo que me deja bastante más tranquilo. Nosotros sabíamos en general todo, por eso entré en debate con la alcaldesa cuando hice presente que no estaban haciendo su trabajo”.
-Ese debate claramente no gustó mucho en ciertos sectores.
“Claro que no gustó mucho, pero probablemente es lo que me correspondía a mí hacer presente…”.
-Lo que, para alguien sin padrinos políticos, pasa a ser tema.
“Al final el que salía más barato (para asumir un costo político)…era yo”.
-¿Cómo director nacional te pregunto, se hacen levantamientos por comunas en relación a catástrofes y desastres?
“En lo que se refiere a la gestión del riesgo, Chile optó por trabajarla desde la forma de un sistema, el cual está compuesto por un lado por organismos públicos y por otro por organismos privados y por la academia, más la gente, la comunidad y la ciudadanía.
Dentro de este sistema, Senapred tiene muy pocos funcionarios, imagínate tú por cada región catorce funcionarios, pero de esos ocho son operadores de turno, que van y contestan el teléfono. Es decir, hacen turno 12 horas y se retiran, con lo que al final los operativos que te quedan entre el conductor la secretaria, etc, son como tres personas para hacer todo el trabajo en la región.
Entonces, cómo cada uno de los integrantes del sistema tiene que hacer su trabajo y su levantamiento. Es decir, los municipios deben tener sus planes, donde ellos identifican las amenazas, los que son trabajados con los organismos públicos. Así también, tienen que tener los planes de emergencia, que son los que coordinan y planifican todas las respuestas. No es que Senapred haga toda esa pega, no tiene la gente para hacerla y tampoco los recursos para hacerla”.
-Entonces el tema presupuestario es relevante…
“Piensa tú que yo siempre digo y que es casi jocoso. Los recursos que tiene Senapred para su trabajo en el día a día, es el mismo presupuesto inclusive menos que el que tiene la biblioteca del Congreso Nacional. Entonces cuando se trata de endosar toda la responsabilidad a la organización, hay un tema ahí.
De hecho, lo mismo pasa con las viviendas de emergencias, que yo lo he dicho varias veces. Senapred tiene la responsabilidad de hacer la rehabilitación. Antiguamente cómo funcionaba este tema, las compraba y se la entregaban a los municipios y éstos las armaban.
Después se pensó en cooperar con los municipios y contratemos la compra de la casa con la instalación. Al tiempo dijeron, agreguemos baño y así se terminó transformándose ya no en una media agua, sino que se terminó transformando en una casa de 27m2 con su respectivo baño, con instalación eléctrica y con ducha.
Pero en Senapred no hay ni una persona que haya estudiado construcción, o no hay ni una persona en la estructura orgánica que tenga a cargo la construcción de las viviendas de emergencia. No existe, porque no está concebido para eso.
Entonces claro cuando tú ves que viene una crisis y le dicen vaya a construir casa de emergencia, tienes que sacar al periodista, al abogado, al relacionador público y los mandas construir. A lo mejor alguno sabrá más porque le gusta un poco la maestría, pero cuando yo mando al abogado hoy anda recibirte de tal casa, él la ve, está bonita…listo… ¡check! Pero no tiene una expertiz para hacerlo, entonces tú dices claro…es complicado.
Cuando se le entrega toda esta responsabilidad y muta de ser un organismo de prevención de mitigación a ser una empresa constructora, constatas que no tiene casi nada que ver con el objetivo. Todo eso debería estar delegado directamente a las municipalidades”.
-Pero ahí uno se puede encontrar con diferentes niveles de gestión en cada municipio.
“¡Eso es lo que pasa!
Hay municipios que trabajan muy bien, pero en este caso (el de los incendios), nos tocó lidiar con municipios que no lo hicieron bien y teniendo los recursos para ello. Porque Viña del Mar tiene 2.700 funcionarios y le terminan endosando toda la responsabilidad a los trece funcionarios de Senapred…¡no tiene sentido!”.
-Entonces al final podemos hablar de una buena o mala experiencia?
“Mira por suerte por las experiencias que me ha dado la vida, como que soy bien cuero chancho. No esperar nada de nadie. Entonces cuando me llama la ministra para avisarme… le dije bueno, será, no hay mucho más que hacer. Igual me afectó más que nada porque yo tenía muchas ganas de hacer cosas, tenía la intención de hacer harto y te das cuenta que claro, en un año, no alcanzas.
¿Qué pasó? Yo me recibí con los incendios que venían de arrastre en marzo, no alcancé a terminar eso y empezaron las lluvias…¿te acuerdas que ese año tuvimos unas lluvias muy grandes? Terminan las lluvias y empiezan los incendios.
Entonces al final pasas todo el año atendiendo emergencias y toda la idea que tenías de poder trabajar en prevención, en mitigación, en hacer levantamientos y trabajar con las comunidades… te das cuenta que no te da, porque los mismos duraznitos que tienes aquí -para hacer todo ese trabajo- son los mismos que tienen que estar haciendo la respuesta…entonces es complejo.
O sea, ya físicamente no te dan los números. Tú puedes estar un periodo y yo siempre dicho tú puedes estar un mes en una emergencia, ok, pero no puede ser que existan funcionarios con más de 60 días de feriado perdidos, ya que la dinámica laboral lo impedía. Y a raíz de la pandemia, podías encontrar gente con 200 días pendientes”.
-Producto de toda esta experiencia acumulada…como hoy se visualiza esa época en el Ejército?
“Yo tuve la fortuna de entrar a la Escuela Militar con 14 años y egresé con 17, en esa época se podía. Yo ahora tengo un hijo que es cadete y con 20 años recién está segundo año. En mi caso, a esa edad ya llevaba 3 años destinado en Coyhaique”.
No califica si es buena o mala esta nueva modalidad, pero sí que es distinta. Lo que sí, afirma, en el Ejército tuvo la posibilidad de viajar harto, “me tocó ir a en ese momento a 18 países; estuve en Haití y fui como instructor invitado a Ecuador por ejemplo”.
“Después, ya en la Onemi y Senapred, también me tocó participar en conferencias y seminarios internacionales. Uno de los últimos lugares donde estuve fue Panamá, donde tuve que representar a Chile en un encuentro internacional”.
-En esas instancias, ¿cómo se ve la estatura de país que tiene Chile?
“Uno se da cuenta que, en general, Chile está considerado por el resto de los países como uno de los más importantes y con mejor trabajo en lo que a gestión de riesgo y emergencias se refiere. Lo que pasa es que tenemos un país que se pasa los límites de todo, ya sea con los incendios, terremotos, todo. Cuando tenemos un terremoto por ejemplo, no es un temblorcito…no. Viene como el de Valdivia y cuando corre viento ¡corre viento! Entonces tú te das cuenta que estar preparado para eso es complejo, porque al final siempre y sobre todo con este famoso tema del cambio climático, que existe y efectivamente te lleva todas las emergencias que existen”.

Sobre el particular, Álvaro Hormazábal relata que estas se van haciendo cada vez más reiterativas, más repetitivas y cada vez más fuertes, lo que se ve agravado por las características arquitectónicas del país, ”fuimos porfiados, yo siempre cuento en el año 1470 aproximadamente en Portugal vino un tsunami y el rey de la época resolvió que no se iba a reconstruir donde mismo”
-Parece que no aprendemos nada.
“Yo siempre hablo del concepto de construir el riesgo, porque tú puedes tener una amenaza, sabemos que tenemos una, pero ¿qué hacemos? Construimos en los peores lugares y a eso agrega los asentamientos irregulares que no cooperan. Después de la pandemia mucha gente se fue a lugares más aislados y así tenemos casos de personas que tres veces se le ha quemado la casa o dos veces el río le ha llevado a su vivienda…”.
Agrega que hace unos meses tras fue con el equipo Canal 13 hacer a ver en la zona de reconstrucción. “Por suerte no habían casas de emergencia de Senapred, pero si te das cuenta como en las mismas quebradas, ya había una cantidad importante de gente que estaba reconstruyendo exactamente en el mismo lugar y ampliando. Entonces construyen y se amplían más todavía en un terreno que es una toma que aparte es irregular, que ni siquiera me meto en esa parte más legal, pero el terreno no es tuyo y construyes ahí y te estás ampliando. ¿Sabes? Cuando venga un nuevo evento, se te va a volver a quemar y después andan echándole la culpa a todo el mundo”.
Ahonda que en “Estados Unidos, que tiene un muy buen sistema de emergencia, si tú no tienes seguro, no te cubre nada. Es decir, cuando viene un huracán y eso es importante, recién al quinto o séptimo día empiezan a entregar las ayudas de emergencia a la gente. O sea, la gente tiene que estar cinco días viendo cómo se salvan, ya que saben que el estado no le va a entregar ayudas. Y cuando empiezan a entregarlas, deben tener su seguro, si no lo tiene…siga participando. Si lo tiene, usted recibe una casa de emergencia, ayudas y cooperación”.
Al respecto, asegura que en cambio en Chile la gente ya se acostumbró a otro modelo, “nos acostumbramos, ya es un derecho y eso ya no lo vamos a quitar”.
-¿En cuanto a infraestructura institucional, como está el estado del arte?
“Hoy en día está todo el debate si Senapred debiera depender del nuevo Ministerio de Seguridad Pública o del Ministerio del Interior. Yo creo que está bien que dependa de Interior, porque es el ministerio más importante y le da una espalda distinta.
Pero, por otro lado, debe tener un nexo muy directo con el Ministerio de Seguridad. ¿Por qué? Porque si tú te das cuenta, no se puede en este minuto desprender o desligar la seguridad pública de la emergencia. Dos ejemplos muy claros, los incendios de Viña del Mar, que tuvieron un origen delictual. Si había algún antecedente que iba a haber gente quemando, eso es información de inteligencia que la manejan los organismos correspondientes que tienen que hacer ese traspaso de información.
Entonces tuvimos un origen delictual, de que alguien quiso cometer un delito. Posteriormente lo de Estados Unidos. Cuando tienen eventos como estos, toma la gente y les dice señores ustedes salgan de acá, porque tenemos que reconstruir sus casas, tenemos que instalar viviendas de emergencia y los vamos a instalar en este barrio provisorio durante 9 meses.
¿Qué pasa en Chile? La gente no se mueve, ya que temen que le tomen el terreno, entonces volvemos a caer en un punto de vista delictual que, en el fondo, es el temor que tiene la gente por su casa. Así, uno ve que lo delictual afecta la gestión del riesgo”.
Puntualiza que, en este estado de situación, para Senapred es todo muy complejo, ya que tiene que trabajar muy rápido, tiene que hacer todos los tratos directos, pero con recursos que no los maneja la organización. Así, comenta, una orden de compra es casi un cheque sin fondos, ya que “la billetera está en el Ministerio de Hacienda”.
-Se deduce que puede haber una falta de coordinación global?
“Hay algunos cambios, por ejemplo, antiguamente las Fuerzas Armadas tenían que esperar el Estado de Excepción para poder salir a participar. Ahora, con la nueva ley, no es necesario y vimos cómo pudieron salir a remover árboles (a raíz del temporal pasado)”.
Advierte sí, que en el caso del Ejército hay un tema con su actual despliegue territorial, ya que antes en cada centro urbano importante había un regimiento, entonces el manejo de las emergencias era distinto.
Ahora, sostiene, hay dos grandes núcleos que no se pueden soltar, tales como el Comando Conjunto Norte y el Sur, ya que tienen sus tareas específicas, que no se pueden modificar, pero aparte -comenta- el tema de los otros Estados de Excepción. El Ejército está desplegado en el norte y el resto en la Araucanía, “es decir, me tocó el año pasado ir a Colchane y tú te encontrabas con soldado del Regimiento Tucapel o del Buin y ahí estaban haciendo turno”. Así, sentencia, muchas veces se pide mayor participación de los militares y sencillamente no hay más funcionarios.
-Cambiando un poco el tema, hay uno que ha estado muy presente en los medios, es el de la falla de San Ramón.
“A ver. Yo creo que estamos muy bien preparados para varias cosas. Una de ellas, para un terremoto de subducción, el clásico que se da en las costas de Chile con un posterior tsunami. Hay regiones que están mejor preparadas que otras eso sí. Una de las peores es la Región de Valparaíso. Yo tuve la fortuna de estar en Tarapacá que -a mi juicio- es de las mejores preparadas, con un buen sistema de sirenas.
Ahora, en relación a la falla de San Ramón, ahí una arista compleja. Hay todo un tema inmobiliario, porque si bien tenemos una norma sísmica exigente, por decirlo de una forma la misma que tiene Japón, que es una de las más exigentes del mundo, está diseñada para un terremoto con movimiento de subducción”. Agrega que, en el caso de la falla, es un movimiento intraplaca, que es totalmente distinto, “entonces muchas veces cuando en Chile decimos un terremoto en Haití de 5,7 y se cayó la ciudad y sin embargo un 6,2 en la falla de San Ramón va a desarmar siete comunas. La preparación que tienen los edificios es para otro tipo de movimiento. no está preparado para eso”.
-Acá Japón va bien adelantado parece.
“Hay países que son muy importantes y Japón es uno de ellos. Tuvieron mala experiencia en el último tsunami que pasó. Si bien tenían muro de contención y obras de ingeniería, el tsunami sobrepasó con creces todo lo que ellos tenían considerado y eso provocó una cantidad importante de fallecidos”.
Precisa que hay un tema cultural fuerte en dicho país. Relata que le tocó visitar Japón hace unos años y que le tocó ir a la casa del gerente de una empresa que. Recuerda que “yo entré a la casa y él en su muralla tenía siete mochilas de emergencia colgando y me contaba la historia que dos veces al año, cuando cambian la hora, ellos agarran sus mochilas y cambian las botellas agua, las pilas de las linternas y la dejan colocando nuevamente. ¿En Chile quién hace eso? Nadie, no hay una cultura en nuestro país de tener un kit de emergencia y eso es muy importante porque uno siempre habla el kit de emergencia el kit de emergencia, pero es sumamente importante en caso de una emergencia”.
Al respecto, reflexiona que falta mucho por educar y capacitar, que se entienda que cualquier sistema está concebido sobre las propias personas. “A mí una vez me tocó hacer una charla y una vecina me decía oiga, pero yo tengo mi marido postrado. ¿Cuándo venga el aluvión quién es el que viene a buscar a mi marido, la Defensa Civil o el Ejército? Le dije nadie…¡cómo que nadie no va a venir! Para que quiere que le mienta… me acuerdo que estaba el gobernador de ese momento, se rio. No va a venir nadie le dije y por eso es muy importante que, con su núcleo, con su comunidad, con sus vecinos se organicen”.
-La capacitación es importante entonces.
“Yo creo que ahí hay un buen desafío. Senapred, por lo pronto, tiene el problema que cuando le asignan 80 millones de pesos para hacer capacitación en todo el país…te alcanza con suerte para un curso en una junta de vecinos. Para una región entera no te alcanza”.
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